el barrio
30.5.13
articulo para la extinta trece60.com, escrito desde un tono academico, sobre un tema popular! e imprescindible
Los Barrios de San Salvador, su invisibilización
y sus oportunidades de recuperación
El concepto de barrio ha sido
destruido, y es que en nuestro país con el fenómeno de las pandillas que tan
arraigado esta en todos los estratos de la sociedad, y el uso que estas hacen
del concepto de barrio, como su núcleo y sujeto de defensa e identidad, ha
afectado significativamente el verdadero y original sentido que “El Barrio”
originalmente tuvo, en especifico para esta San Salvador; esta concepción ha dejado de tener el
significado que solía tener, y es que la nuestra es una ciudad que está en
constante transformación; se desarrolla en diferentes direcciones, extremo y
polarizado como casi todo en la identidad tan diversa y difusa de los
salvadoreños.
Crecemos por un lado en colonias
privadas protegidas casi militarmente, que venden una fantasía de vida en
aislamiento del resto de la ciudad; como menciona Jordi Borja[1]:
“los barrios cerrados le niegan la ciudad
a los que están fuera y también la niegan a los que están dentro, porque
sencillamente quedan encerrados en sí mismos.” Al mismo tiempo se
desarrollan zonas marginales, desarrolladas en las ranuras y articulaciones de
la ciudad, en sus espacios residuales; el lugar menos propicio para vivir pero
muchas veces la única alternativa.
Y es que con el cambio y
evolución para bien o mal de las
dinámicas de desarrollo humano, y de la modificación del hábitat para el siglo
XXI, los barrios quedan cada vez más ocultos, cada vez como una opción menos
viable para optar. El comportamiento del barrio
es ambiguo, tiene comunicación con el resto de la ciudad al no tener en
la mayoría de los casos límites físicos con el resto de la trama urbana, sin
portones, sin murallas, pero al mismo tiempo funcionando autónomo, con su equipamiento
necesario para desarrollarse (comercio, salud, recreación).
Cuando vemos hacia atrás todo
tiene sentido, y es que la misma expansión necesaria, producto de las dinámicas
económicas del siglo XX, y de muchos otros factores culturales e incluso sociológicos,
se hace de una manera descontrolada e improvisada, definitivamente no se puede
detener el proceso natural de desarrollo de las ciudades, pero si es posible direccionarlo
de alguna manera, conservar los sistemas o las características de una ciudad,
cuando son benignos y cuando han funcionado de una manera hasta cierto punto
autosuficiente.
Existen aun diversos espacios que
sobreviven pese al deterioro social del que son objeto, los lugares como La
Vega, Concepción, San Esteban ,desarrollados periféricos al núcleo del Centro
Histórico de la Ciudad hasta otros desarrollos urbanos posteriores siempre producto
del crecimiento demográfico de San Salvador, más cercanos a los llamados
“Pueblos de Indios” como Mejicanos o Soyapango y también a la tendencia de
crecimiento de la ciudad en el siglo XX hacia la zona Poniente de la ciudad;
aunque siempre con intenciones urbanas
de generar espacios de Calidad y provisionados de servicios, y ricos en calidad
arquitectónica; barrios como Flor Blanca, Costa Rica, 5 de Noviembre, San
Miguelito, La Rábida, Layco, Santa Anita, San Jacinto, etc. hasta llegar a los
emprendimientos contemporáneos en la ciudad.
La existencia aún en deterioro de
todos estos espacios urbanos, demuestra su calidad y su capacidad de
supervivencia producto del buen planteamiento en su concepción, volviéndose
ahora espacios habitables para familias de renta Media-Baja, o descendientes de
los propietarios originales que no pueden costearse otro tipo de vivienda en
los nuevos emprendimientos que se están dando en la ciudad.
También podemos hablar de cierto
significado poético o surreal de los barrios, la misma arquitectura se vuelve
potenciador de espacios agradables, sombras, apropiadas orientaciones de las
viviendas, espacios verdes circundantes, mercados accesibles, aceras y calles
mucho mas amplias y flanqueadas por abundante vegetación, que estimulan los
distintos sentidos; visión, oído y porque no, hasta olfativo. Lamentablemente
con el desarrollo de la ciudad y las practicas sociales de abandono e
invisibilización de estos espacios, como suele afirmarse “se vive de Metrocentro
para arriba” pero desde cierto limite de
la ciudad la ciudad de vuelve una mezcla difusa, una sombra indistinguible o
convenientemente olvidada en los planes de desarrollo e inversión de el estado
y la inversión privada.
Ni si quiera se puede considerar
una especie de museo urbano, porque no esta dado al disfrute, porque cada vez
más el énfasis del desarrollo se enfoca en la construcción de nuevas y más
viviendas (que con el pasar el tiempo parece carecer cada vez mas de calidad y
con dimensiones reducidas) y se aleja de las intenciones de recuperación de los
espacios alternativos en la ciudad, y que con una adecuada intervención, pueden
constituirse en oportunidades de desarrollo y mejoramiento de las condiciones
de vida de los habitantes y de las dinámicas urbanas.
¿De que manera contribuir?
Dándole oportunidades a este tipo de espacios, en la actualidad existen
esfuerzos valiosos, como las intervenciones en la ciudad de Santa Tecla, o los
cambios de uso en edificaciones históricas como la Ex Casa Presidencial, que se
vuelve un beneficio directo para el Barrio San Jacinto que lo circunda; se trata de volver rentables estos espacios
invirtiendo, viviéndolos, pero no como una especie de museo urbano, sino como
una posibilidad real de vivienda y desarrollo , factores como la asociatividad
e iniciativa ciudadana, y el impulso de economías locales alternativas se
vuelven posibilidades vitales y reales para un desarrollo emergente de estos
espacios, y se trata de lograrlo antes que sea demasiado tarde para
recuperarlos y se vuelvan en definitiva un problema crónico para San Salvador.
[1] Jordi Borja, Director de Gestión Y Urbanismo,
Universidad Abierta de Cataluña.
En entrevista Revista
Digital “Bla” Nov. 2012, http://www.revistabla.com/jordi-borja/
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