lugares y alma
30.5.12
a veces siento que estoy un poco loco. soy de los que entra a un sitio y comienza a descomponerlo en sus partes, lo analizo como un todo, pero también he aprendido que para analizar un todo, tenes que primero abstraerlo en sus partes, lo mismo aplicas a las personas, miras el cascarón y luego podes desglosar: sentimientos, reacciones, hábitos, defectos, todo lo que compone a una persona; lo mismo sucede con los lugares. esa manera casi obsesiva de desarmar cada esquina, cada rincón, en los momentos que se han vivido en él; por eso soy tan susceptible a los lugares viejos, son lugares con alma, con moho , con el desgaste de todos los sentimientos contenidos en un sitio. me pasa esto cuando estoy en un barrio de los del viejo San Salvador, aceras pequeñas, esquinas de miedo, zócalos, paredes de láminas enmohecidas, concreto desprendiendose. me pasa lo mismo con los templos, no solo las iglesias sino esos templos donde suceden las cosas, donde hay historias, donde se puede medir la tristeza acontecida y las risas encerradas en los rincones; los lugares tienen alma, esa misma alma que nos habla que nos invita a ser uno con ese lugar, con la levedad del ambiente de una habitación; el aire pesado de un lugar abandonado.