Una discusión que no ha dejado de sorprender a los medios y la crítica especializada en Londres es la reciente intervención del Príncipe de Gales en el proyecto residencial de Chelsea Barracksdesarrollado por el estudio de Sir Richard Rogers, -Rogers, Stirk Harbour + Partners-. La polémica se desató luego de que el Príncipe Carlos manifestara públicamente su rechazo al proyecto de Rogers exponiendo en la prensa un proyecto alternativo de estilo desarrollado porQuinlan & Francis Terry. Haciendo uso de su influencia política, Carlos contactó al Emir de Qatar, -uno de los principales propietarios del terreno- para ejercer presión favoreciendo la propuesta de uno de sus arquitectos neoclásicos favoritos. Una discusión que en un principio pareciera detalle de estilos conlleva un delicado conflicto de poderes y una amenaza a la transparencia de los procesos de construcción de ciudad en Londres.
Para propósitos de este artículo contactamos a ambas oficinas involucradas; Rogers, Stirk Harbour + Partners nos dió su visión del asunto, en tanto Quinlan & Francis Terry nos entregó bocetos de la prouesta encargada por el Príncipe de Gales.
Chelsea Barracks
Chelsea Barracks se ubica en un estratégico sitio opuesto al Royal Hospital en City of Westminster, Londres. El proyecto desarrollado en un terreno de 5.2 hectáreas ha sido definido por muchos como uno de los desarrollos residenciales más importantes de Europa. ‘El 31 de enero de 2008 el Ministerio de Defensa completó la venta de Chelsea Barracks a “Project Blue -Guernsey- Limited (PBGL)” por una suma de 959 millones de libras esterlinas. La conformación de PBGL está definida principalmente por “Qatari Diar Real Investment Company“. La compañía “Qatari Diar” de entera propiedad de “Inversiones del Estado de Qatar” (QIA) es la responsable de variados proyectos inmobiliarios en la región y ha buscado posicionarse como una empresa confiable y efectiva concentrando sus valores en propuestas de calidad, bien planificadas’.1
El proyecto de Chelsea Barracks llevado adelante por el estudio de Rogers no ha estado exento de polémica, siendo constantemente revisado por procesos de consulta ciudadana. Una de las últimas asambleas tuvo lugar en enero de 2009, donde vecinos y actores involucrados corrigieron las observaciones al proyecto en cuanto a alturas, relaciones con edificios existentes, densidades y áreas verdes. Fue justamente mientras el proyecto era revisado por elDepartamento de Planificación de City of Westminster cuando el Príncipe Carlos decidió intervenir debido a su deseo por un diseño más clásico, hecho de ladrillos, piedra y estuco que replicara la arquitectura del Royal Hospital de Christopher Wren ubicado al frente del terreno.
Para esto contactó al Primer Ministro de Qatar urgiéndolo a adoptar un esquema más clásico. El asunto cobró rápidamente tintes políticos debido al importante rol de Qatar como futuro proveedor de energía con cerca del 20% del gas natural requerido en UK. Distintos actores desde los arquitectos involucrados, la prensa y hasta figuras políticas han dado su opinión. Según un diario local, la actitud del Príncipe es preocupante ya que ‘él puede influenciar la manera en que el País se construye, amenazando el trabajo de arquitectos, todo por su estatus y no a través de una vía democrática y participativa’. ‘No deberíamos estar en la era del derecho divino de reyes y príncipes’2
El pasado Alcalde de Londres, Ken Livingstone declaró en la prensa que sería un grave error que Carlos utilizara su poder para cambiar el diseño del proyecto a su favor. Hay que recordar que ésta no es la primera vez que el Príncipe de Gales hace de invitado de piedra en este tipo de proyectos. Hace 25 años atrás el Príncipe fue uno de los más fervientes opositores a los planes de ampliación de la National Gallery, y en cuanto a temas de arquitectura y urbanismo tiene mucho que opinar. Tal como hemos visto en otros artículos, Carlos cuenta con una fundaciónespecialmente dedicada a desarrollos arquitectónicos y urbanos nostálgicos, siendo el ”clasicisimo radical’3 de Quinlan & Francis Terry, uno de los estilos favoritos de Carlos.
La crítica especializada en Londres por su parte, ha definido la propuesta de Carlos casi como ‘un proyecto de Sir Christopher Wren con asteroides’. Rowan Moore, crítico de arquitectura analizó la propuesta de Quilan Terry y criticó duramente la sobredimensión de los edificios propuestos, comparándolos con el proyecto del Royal Hospital ubicado en las cercanías de Chelsea Barracks y su evidente replica formal pero con varios pisos de más. Moore argumentó a su vez que la propuesta de Rogers no era perfecta, pero claramente hace uso de las tecnologías y da cuenta de que en 300 años la arquitectura sí ha avanzado y mucho.
Amenaza a un sistema participativo.
Uno de los grandes problemas detrás de los estilos, es la actitud de personeros con poder tal de llegar a modificar y soslayar los canales normales establecidos para este tipo de proyectos. En otras palabras, resulta completamente injusto para cualquier arquitecto que una propuesta adjudicada democráticamente y en pleno desarrollo sea rechazada por los caprichos formales de una autoridad de nivel como es el caso del Príncipe de Gales.
En cuanto a Rogers, Stirk Harbor + Partners, han declarado que están al tanto de las gestiones llevadas adelante por el príncipe. ‘ Los voceros de PBGL declararon que ’siempre hemos estado al tanto que Su Alteza Real, el Príncipe de Gales tiene una visión muy particular en cuanto a la arquitectura moderna y él espera una aproximación más tradicional. Pese a que nuestra propuesta es moderna, compartimos la visión de Su Alteza Real en cuanto a integrar desarrollos sustentables y actualmente estamos en diálogos con sus representantes para explorar un acuerdo mutuo. Mientras tanto, esperamos el veredicto del comité de Planificación de Westminster con respecto al proyecto de RSHP’
Imagen de Portada: Quinlay & Francis Terry website. Detalle de capitel estilo jónico v/s Imagen Aeropuerto de Barajas Madrid. Rogers Strik Harbour + Partners. Detalle columnas y cubierta de acero y madera.
todo esto via plataforma arquitectura